Advertencia: Considero mi deber informarles que la mochila digital es escrita por una persona que desde niño prefería tipear comandos de DOS en un PC 80386 (IBM compatible) antes que montar bicicleta o patines. Que sabía formatear un disco duro de 10 megabytes antes de aprender matemáticas, geometría e historia en el colegio. Que a mediados de los años ochenta entregaba los trabajos de cuarto de primaria recién salidos de una impresora de matriz de punto y hechos en WordStar 3.0. Que soñaba con una unidad de disco de 1.44 megabytes antes que un Nintendo o atari como regalo de navidad, en fin un completo fanático de la plataforma PC, por lo que los fanáticos de Apple pueden sentirse algo ofendidos por este post.
Y por fin llegó el famosísimo iPhone 3G a nuestra patria, estimados lectores. De manera legal, quiero decir porque el mítico teléfono de Apple ya estaba en la tierra de los fríjoles, el ajiaco y el sombrero vueltiao casi desde antes que su primera versión saliera en los Estados Unidos. Y como toda celebridad internacional (viva o inerte) que pisa nuestro país, el iPhone llegó acompañado de todo un show mediático: Personas acampando horas antes de que las tiendas abrieran, reportajes en noticieros, boletines especiales en periódicos y la comidilla de todos aquellos deseosos de estrenar este costoso juguete. A toda hora y en todo lugar a donde llego es el único tema de conversación; que cómo es de bonito el teléfono, que cómo es de “espectacular” la tecnología, que el precio es muy alto porque uno lo puede comprar en Internet más barato… En fin, debo confesar que ya me siento algo mareado de tanto oír nombrar el “aifón” por todas partes, y ya empieza a irritarme un poco que algunos amigos, especialmente aquellos que no son tan adictos a la tecnología me pregunten cada vez que me ven “que si me voy a comprar uno”. La respuesta es No, no quiero gastar un millón de pesos por un aparato que es el equivalente a esos jeans de marca que venden en tiendas de moda por un dineral que son hechos por el mismo operario en Taiwan que fabrica los jeans que venden a una fracción del precio en almacenes de rebajas y en San Andresito. Así que para aquellos que ya tienen uno, o quieren comprarlo, pero tienen dudas, aquí les van mis 8 razones por las cuales no se debe comprar un iPhone:
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